martes, 4 de marzo de 2014

En el bicentenario de la muerte de Fichte

Este año de 2014 celebramos y conmemoramos el 200 aniversario de la muerte de Johann Gottlieb Fichte, el gran filósofo idealista alemán, discípulo de Kant y genial creador del primer gran sistema filosófico basado en los revolucionarios hallazgos de la filosofía kantiana. Con él se inició el brillante camino que conducirá a la filosofía contemporánea. A pesar de la inmensa fama e influencia que tuvo en su tiempo, Fichte, junto con su inicial y brillante seguidor, Schelling, ha sido relegado posteriormente por figuras como el propio Kant o Hegel. Aunque también Hegel ha padecido, tras la caída del Muro de Berlín, un cierto desinterés por su filosofía. Como se ha señalado, al comienzo del siglo actual:

“…le paradigme continental, dans son opposition à la philosophie anglo-saxonne est, ces dernières années, toléré, accepté ou revendiqué lorsqu’il s’agit de Kant ou Husserl, mais réellement déconsidéré dans son versant purement idéaliste et speculatif” (Isabelle Thomas-Fogiel, Fichte. Réflexion et Argumentation, Vrin, Paris, 2004, p. 7).

No obstante, en la segunda mitad del pasado siglo, se ha iniciado, entre los especialistas, un proceso de rehabilitación y nueva valoración de su filosofía, junto con la del propio Schelling, que ha ido dando frutos al renovar el interés de los estudiosos actuales de aquella época filosófica del llamado Idealismo clásico alemán por ambos filósofos. Un testimonio de ello ha sido el libro, de título significativo, Between Kant and Hegel (Harvard University Press, 2003), de Dieter Heinrich, en el que, invirtiendo el planteamiento del clásico libro de Richard Kroner, Von Kant bis Hegel, en el que se consideraba a ambos filósofos como meras figuras de transición entre Kant y Hegel, Heinrich resalta precisamente como figuras llenas de interés por sí mismas a Schelling o al poéta Hölderlin y, especialmente, a Fichte, por su concepción del conocimiento, en relación precisa con el auge de la filosofía cognitiva o Philososophy of Mind norteamericana.

Quisiéramos añadir, por nuestra parte, a las voces que se unan al coro conmemorativo de aquel gran filósofo alemán, algunas reflexiones a modo de meditaciones sobre un aspecto que puede despertar de nuevo el interés por la obra fichteana, y que no lo hemos visto tratado en ningún sitio, que es el de la conexión anticipadora de la Teoría del Conocimiento de Fichte desarrollada en su Wissenschaftslehre, con las novedosa y mundialmente influyente concepción del conocimiento humanos desarrollada por Jean Piaget en su Epistemología Genetica.

Justamente en relación con esto, hemos venido proponiendo y desarrollando, en los últimos, años una reforma fundacional de la Filosofía en relación con la nueva concepción del conocimiento introducida por Jean Piaget en la segunda mitad del pasado siglo con el nombre de Epistemología Genética y que, a nuestro juicio, posibilita en muchos de sus resultados el desarrollo de una nueva forma de pensar la realidad que hemos interpretado como el desarrollo de un Pensamiento Hábil (Ver Manuel F. Lorenzo, Introducción al Pensamiento Hábil, 2007). En dicha obra, (p. 18) nos acogíamos precisamente a la definición fichteana de la Filosofía, entendida no como una mera colección o conexión  de Proposiciones (Sammlung von Sätzen), que pueden ser aprendidas,  sino como una cierta visión de las cosas (Ansicht der Dinge), un especial modo de pensar (Denkart), que debemos producir en nosotros mismos.

“ Philosophie ist nicht eine Sammlung von Sätzen, die so gelernt werden, sondern sie ist eine gewisse Ansicht der Dinge, eine besondere Denkart, die man in sich hervorbringen muss”, (J. T. Fichte, Wissenschaftslehre nova método, Felix Meiner Verlag, Hamburg, 1994, p. 11).

Pero Fichte no era entonces la mera ocasión para una cita que venía bien, sino que conformaba el surgimiento en la filosofía moderna de lo que denominamos una fundamentación operatiológica del conocimiento que sería científicamente desarrollada por Jean Piaget en el siglo XX. Pues Fichte es el primer filósofo moderno que formula filosóficamente la tesis, que Piaget enarbolará frente a los empirista del Positivismo Lógico o “innatistas” como Chomsky, de que lo esencial para entender el conocimiento humano es la Acción, los hechos-acciones (Tathandlungen) del sujeto cognoscente. De ahí que el estudio y la meditación de la obra fichteana, especialmente de su Wisseschaftslehre, con la dificultad correspondiente de sus múltiples versiones ofrecidas en sus diversos cursos universitarios, haya sido una necesidad para conectar muchos de los brillantes resultados de la Epistemología Genética piagetiana con la renovación de una filosofía actual que pretenda abrirse camino en un mundo post-metafísico. En tal sentido la obra de Fichte plantea serias dificultades por su incompletud y sus continuas remodelaciones, a lo que se une muchas veces el carácter oscuro y difícil de su forma de escribir. Ortega decía, en tal sentido, que Fichte, ebrio de claridades, avanzaba dando tumbos.

Frente a la claridad cartesiana, sin embargo, Fichte se nos aparece como un filósofo oscuro, aunque más profundo. No obstante ello, Ortega consideraba a Fichte, y no a Hegel, como el hombre a batir en la cuestión de la superación del Idealismo y el paso a su Racio-vitalismo. Proponía sustituir la Idea fichteana de Yo, - que Fichte había puesto en lugar del Dios Substancia de Espinoza -, por la de la Vida. Ortega, parodiando al Husserl de las Meditaciones Cartesianas, proponía la formula de llevar a cabo un “cartesianismo de la vida” y no un mero “cartesianismo fenomenológico”, como pretendía Husserl. Esta fórmula de Ortega la hemos usado alguna vez, pero creemos que deberíamos reformularla ahora como un “fichteanismo de la vida”, para precisar nuestra propuesta filosófica de una filosofía operatiológica. Además, es preciso recordar que el modelo que Fichte tomó para desarrollar plenamente el kantismo no fue precisamente Descartes, sino más bien Spinoza, cuyo sistema metafísico “dogmático”, en términos kantianos, se convirtió en un contra modelo para desarrollar el sistema crítico-idealista fichteano. Un “espinosismo de la libertad” era la formula que mejor correspondía a las filosofías sistemáticas del propio Fichte, pero también de Schelling y Hegel como señala D. Heinrich en Between Kant and Hegel.

En tal sentido, mutatis mutandis, hoy nos parece que es Fichte, y no Kant o Hegel, como quieren Schopenhauer o Marx, respectivamente, el contra-modelo de referencia a seguir para superar el Idealismo moderno, en el sentido preciso de pasar de un “fichteanismo idealista” a un positivo “fichteanismo de la vida”, mejor que al orteguiano "cartesianismo de la vida", y que tanta semejanza tiene con el enfoque operacional piagetiano en la explicación del conocimiento humano, aunque el propio Piaget no fuese consciente de ello, al menos si tenemos en cuenta la ausencia de referencias a Fichte en sus principales obras en comparación con Kant, Hegel o Husserl. Debemos recordar aquí que fue precisamente Fichte quien sistematizó la filosofía kantiana siguiendo el modelo de filosofar de Espinoza. Con ello, aquel gran filósofo hispano-judio dejó de ser tratado en las Historias de la Filosofía como un "perro muerto" y su modo de pensar fue, en cierto sentido, incorporado y revivido en el pensamiento alemán de Schelling y Hegel. Por ello, al invertir a Fichte, volvemos, en cierto modo, a revivir en España a nuestro ancestro Espinoza, aunque dentro de una filosofía positiva que se quiere crítica y no ya dogmatica o idealista.


1 comentario:

  1. A diferencia de tus otros libros, las "Meditaciones Fichteanas" no son fáciles de conseguir. Bien es verdad que no me gustan los pagos con tarjeta que exigen en "Amazon". Pero tengo ganas de leerlo.
    Me gusta tu método "analógico", en el cual el papel que desempeña un autor, con respecto a un antecesor o o un heredero, puede entenderse como similar al que otro par de autores desempeñan en la Historia. Esto da pie a considerar de una manera más circular ("spengleriana") la Historia de la Filosofía, frente al progresismo o al hegelianismo ("superaciones").

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