lunes, 5 de marzo de 2012

La vuelta a Husserl de Dan Zahavi.

La primera década del siglo en marcha ha marcado un cambio en la llamada “filosofía del mente”, -de gran interés en los EEUU y, en razón de la poderosa influencia norteamericana en las modas culturales, en el resto del mundo-, que podríamos denominar como la “vuelta a Husserl”, parodiando la famosa “vuelta a Kant” (Zurück zu Kant) que se dio en la filosofía alemana en la segunda mitad del siglo XIX. Después de décadas de dominio abrumador de la filosofía analítica en aquel país, presidida por la figura carismática de Wittgenstein, parece que soplan vientos de cambio muy significativos. La causa de tales cambios está en el gran desarrollo experimentado por las llamadas “ciencias cognitivas” en las últimas décadas del pasado siglo, especialmente en la década de los 90, llamada la “década del cerebro” en razón de la aparición de nuevas tecnologías, como los escáneres, que permiten avances en la neurofisiología con importantes hallazgos en relación con la explicación de lo procesos neurológicos cognoscitivos. Resultados que convergen con otros aportados por la robótica y la Inteligencia Artificial, la genética, la psico-lingüistica, la psicología evolutiva, la paleo-antropología, etc., haciendo avanzar considerablemente los conocimientos científico positivos sobre el conocimiento humano y, lo que más nos importa aquí, provocando la revisión de filosofías del conocimiento como el positivismo lógico que subyace a la tradición analítica de dominancia anglosajona.

El influyente libro de dos impulsores de la ciencias cognitivas en la Lingüística, Lakoff & Johnson, Philosophy in the flesh (1999), se remitía a Merleau-Ponty en su búsqueda de ayuda para renovar la Filosofía norteamericana liberándola de sus dogmas procedentes del empirismo lógico inglés y acercándola a tradición fenomenológica de la llamada “filosofía continental” europea procedente de Husserl. Lakoff & Johnson proponían tratar los problemas de la filosofía de la “mente” en relación con las acciones corporales de los sujetos como clave de su interpretación. Así la importante actividad del pensamiento metafórico debía remitirse, más que a las sensaciones, a las acciones corporales de los sujetos en su interpretación semántica. Este nuevo punto de vista fue llamado embodied mind y está provocando una especie de cambio de paradigma en el campo de la llamada Philosophy of Mind que acompaña a los avances de las Ciencias Cognitivas. A la vez esto parece llevar a una renovación o refundación de la tradición de la filosofía positivista tan influyente en los EEUU, como hemos sostenido en un artículo anterior en este Blog (“Por una refundación de la filosofía positivista”, 25-7-2011). Por medio de un alumno de Licenciatura que tuve, y que se había desplazado a la Universidad de Barcelona para cursar un Master, José Luis Nuño Viejo, prematuramente fallecido en trágicas circunstancias, tuve noticias del libro de E. Thompson, Mind in Life. Biology, phenomenology and the sciences of mind (2007), que me recomendó especialmente porque veía semejanzas en este autor y la línea de investigación filosófica denominada Pensamiento Hábil, que yo estaba desarrollando, y que conocía por mis clases y algunos artículos que, por entonces, había publicado. La lectura del libro de Thompson me abrió el conocimiento de esta filosofía del embodied mind, que ya había visto aplicada a cuestiones lingüísticas en Lakoff, aplicada ahora a problemas de las ciencias biológicas, además de informarme sobre una amplia literatura destacada en esta nueva corriente denominada “enfoque enactivo”.

Pero, lo que me interesó más inmediatamente fue la referencia bibliográfica, en las interpretaciones de Husserl, a un joven filósofo danés llamado Dan Zahavi, el cual está jugando un papel importante, por su efecto internacional, dentro de esta vuelta a Husserl. El interés despertado por dicho filósofo merece algunas precisiones, pues era algo difícil hace 20 o 30 años predecir que la obra de Husserl iba a volver a suscitar una atracción tan fuerte de nuevo. Una obra complicada y difícil de conocer, porque la mayor parte de lo que escribió no fue publicado en vida del filósofo, quedando depositada en el llamado Archivo Husserl de la Universidad de Lovaina, tras su rocambolesca salida de la Alemania nazi que llevó a cabo el sacerdote católico Van Breda. El mismo Zahavi confiesa, en una entrevista, que cuando decidió orientar su carrera académica dedicando sus trabajos doctorales a Husserl, su decisión fue vista entonces como algo fuera de lugar por su inactualidad. Pero su estudio de Husserl no fue meramente histórico filológico, sino que fue compartido con su interés por las llamadas “ciencias cognitivas”. De ello resultó una conexión inesperada por la cual surgieron nuevos enfoques en dichas ciencias, como el embodied mind, que empezaron a romper el monopolio que en la explicación de la Conciencia (Mind) había tenido durante tres décadas la psicología computacionalista, o como la nuevas tecnología de imágenes cerebrales obtenidas por escaners en la neurociencia. Dichos enfoques, a partir de la década de los 90 hasta hoy, han propulsado el re-descubrimiento de la fenomenología del último Husserl y de Merleau-Ponty, que fue pionero en su estudio, como una filosofía más profunda y adecuada que el empirismo lógico, dominante hasta hace bien poco por la influencia avasalladora de Wittgenstein y sus seguidores analíticos. Así han empezado a tomar interés los nombres de científicos y filósofos como F. Varela, Evan Thompson, Eleanor Rosch, Andy Clark, Shaun Gallagher, etc., los cuales vuelven a enfoques fenomenológicos. Zahavi ha publicado dos libros de gran éxito: Husserl´s Phenomenology (2003) y, en colaboración con Saun Gallagher, The phenomenological Mind. An Introduction to Philosophy of Mind and Cognitive Science (2008). (De este último libro está anunciada una traducción al español en Alianza Editorial). Además dirige el Center for Subjectivity Research en la Universidad de Copenhague.

No parece que esto sea una moda filosófica más, sino que el interés por Husserl y su actual prestigio creciente en estos campos de las Ciencias Cognitivas, en los que todavía se da un dialogo y discusión internacional entre filósofos y científicos que se ha perdido en otros campos, tiene más que ver con la confirmación que los resultados alcanzados por tales ciencias dan de la mayor idoneidad del positivismo “fenomenológico” que la que hasta ahora ostentaba el positivismo “lógico”, para interpretar sus brillantes y novedosos resultados experimentales. De un modo similar a como la dieta mediterránea, propia de los países del Sur de Europa, menos desarrollados que los del Norte, se impone, sin embargo, en el gusto de los consumidores, no solo por meras y discutibles razones de gusto, sino por ser más adecuada para la salud, tal como confirma la investigación medico-biológica. Lo que echamos de menos en este acercamiento filosófico a los temas cognitivos, y especialmente a los psicológicos, es que no se piensa en que también la Fenomenología, -realmente el último gran paradigma filosófico contemporáneo equiparable a lo que fue en el siglo XIX el paradigma Idealista abierto por Kant, como la he presentado en mi libro Del Yo al Cuerpo (2011)-, puede ser superada por un nuevo movimiento filosófico que alcance lo que el último Husserl parecía pretender, el paso de una fenomenología de “esencias” o estructuras estáticas, a una fenomenología dinámica, operacional y genética. Creo que la obra de Piaget, conocida y a veces citada por dichos autores, puede ayudar a abrir camino a una, para decirlo hegelianamente, conservación-superación de la Fenomenología. En tal sentido hemos propuesto el camino o método que denominamos Operatiológico (Ver en este Blog: “Fenomenología y Operatiología” 8-8-2011 y 9-1-2012).

Manuel F. Lorenzo

manuelflorenzo.webs.tl