lunes, 15 de agosto de 2016

La filosofía de Gustavo Bueno

     A principios de los 70 se forma la llamada Escuela o “Grupo de Oviedo”, en la que Gustavo Bueno inicia una renovación y profundización en el marxismo.  Emprende entonces una tarea que le llevará  a reconstruir la filosofía marxista sobre las bases filosófico-escolásticas de una filosofía estricta,  las cuales, en un largo desarrollo, darán lugar a la apertura de críticas profundas al propio marxismo. Por ello debemos detenernos en un breve balance de su extensa y densa obra.

     Debido a la influencia y éxito de los noventayochistas en el panorama filosófico de España, la influencia del neopositivismo y del marxismo ha sido tardía y débil en los ambientes académicos de nuestro país, lo que ha convertido a sus defensores, surgidos a finales del franquismo, salvo excepciones, en meros divulgadores o imitadores. Dentro de la influencia del marxismo es donde se produce una de esas excepciones, donde se consigue superar el nivel de la mera divulgación o de la repetición de lo de afuera. Es la representada por el caso inusual de Gustavo Bueno, defensor  de una filosofía estricta (El papel de la filosofía en el conjunto del Saber, 1970), que huye por igual del eclecticismo y de la imitación foránea, tratando con tenacidad de construir un sistema materialista dialéctico de investigación lógico-filosófica, expuesto, p. ej., en sus Ensayos materialistas (1972) y desarrollado, en gran parte por el mismo, en sus principales obras: La metafísica presocrática (1974), El animal divino (1985), Primer ensayo sobre las categorías de las "ciencias políticas" (1991), Teoría del cierre categorial (1992), El sentido de la vida (1996). A partir de entonces, su obra escrita se centra casi exclusivamente en el ensayo filosófico de carácter político y social, con la publicación de libros de éxito editorial como son, entre otros, El mito de la cultura (1996), España frente a Europa (1999), El mito de la izquierda (2003), España no es un mito (2005), La fe del ateo (2007), El mito de la derecha (2008).

     Como un tenaz explorador, en sus comienzos, Gustavo Bueno trata de profundizar filosóficamente en el marxismo con la ayuda sobre todo de los nuevos avances científicos proporcionados por las Ciencias Biológicas, Lógicas, Humanas y Etológicas, principalmente, con el fin de fundamentar con rigor académico un Materialismo filosófico que supere las debilidades del Materialismo clásico (marxista y pre-marxista). Pero lo que nos interesa subrayar aquí, en relación con la construcción de una filosofía sistemática en España, a la “altura de los tiempos”, como Ortega pretendía sin conseguirlo, por su tendencia al ensayismo, son los avances puramente especulativos que la sistematización buenista realiza. En primer lugar, en consonancia con el auge del marxismo, al que Sartre había definido entonces como la filosofía de la época, la Idea de Vida orteguiana es sustituida por la Idea de Materia, como el autentico punto de partida filosófico. Pero más interesante que esta re-exposición ontológico escolástica del materialismo, nos parece la concepción operacional del conocimiento científico, desarrollado, a nuestro juicio, por influencia de Jen Piaget principalmente, en su monumental Teoría del Cierre Categorial y que se extiende al análisis operacional de los campos éticos, morales, políticos y antropológicos.

     Lo más llamativo de la exitosa producción tardía de ensayismo político de Gustavo Bueno es su distanciamiento de la izquierda política social-comunista, con la que convergió inicialmente en sus planteamientos filosóficos materialistas. No obstante, no se puede dejar de valorar su modo de pensar las cuestiones políticas de forma sistemática  y  profunda,  algo  que  se echaba de menos en la tradición marxista en España.


     Por otra parte, hay una contradicción más profunda que atraviesa toda su obra desde su inicio, provocada por lo que denominaríamos la estructura centáurica de su “sistema” constituida por la mezcla de dos figuras bien definidas, que proceden de tradiciones separadas y opuestas: la escolástica pre-kantiana de su Ontología, inspirada en el aristotelismo de Christian Wolff, y la gnoseología post-idealista de influencia científico-positiva piagetiana. Una asimilación crítica, y no meramente continuista de su filosofía, debería tratar de criticar, esto es, de separar el grano de la paja, que es lo que intentamos llevar a cabo algunos discípulos tenidos por heterodoxos. En tal sentido, consideramos que es la metodología operacional del conocimiento la que habría que desarrollar de forma consciente y sistemática, lo que nos llevaría al abandono de su rancia filosofía realista-escolástica y su sustitución por una nueva filosofía más en consonancia con tales planteamientos.


Artículo publicado en El Español (8-8-2016)

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6 comentarios:

  1. Hola José Manuel.

    Escribes:

    "En tal sentido, consideramos que es la metodología operacional del conocimiento la que habría que desarrollar de forma consciente y sistemática, lo que nos llevaría al abandono de su rancia filosofía realista-escolástica y su sustitución por una nueva filosofía más en consonancia con tales planteamientos".

    ¿Tu "crítica" puede entenderse como una apuesta (acercamiento) a una filosofía más raciovitalista (Ortega) y a un método de conocimiento operativo de raíz piagetiana?
    ¿Hasta qué punto el materialismo dialéctico del marxismo estaría influenciado por la filosofía realista-escolástica? Lo pregunto porque el realismo escolástico es heredero de Aristóteles, pero tengo entendido que Gustavo Bueno se consideraba "platónico". ¿Cómo encaja el "marxismo" realista y materialista de Bueno con el idealismo platónico? ¿?

    Un saludo.

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    1. Yo parto de que el "Sistema" de Gustavo Bueno puede ser una "casa común" para la nueva filosofía española que se remonta a Unamuno y Ortega. Pero dicha casa está, a mi juicio, a medio hacer y además con graves contradicciones en su construcción. La principal reside en la inadecuación de sus fundamentos materialistas (Marx) y aristotélicos (escolastica wolffiana). Dicho en una frase clásica: es vino nuevo (operacionalismo) en odres viejos (materialismo y aristotelismo). El operacionalismo piagetiano es incompatible con la teoría del conocimiento como reflejo común a Aristóteles y Marx. Y como los conocimientos que hoy tenemos de las ciencias cognitivas dan la razón a Piaget y se la quitan a Aristóteles y Marx, pues es preciso buscar otros fundamentos al "sistema". Pues tal "sistema" es más imaginario que real, pues es una especie de "centauro", una mezcla de dos cosas que no pueden existir juntas más que en la imaginación y no en la realidad. Yo creo que estos nuevos fundamentos que permitirían crear un Sistema real serían los del racio-vitalismo, porque el joven Piaget arranca del vitalismo de Bergson pero lo corrige buscandole un desarrollo racional y científico positivo. Con mi propuesta de un Pensamiento Hábil y de una Razón Manual llevo años trabajando es esta línea, aunque como discípulo heterodoxo de Gustavo Bueno estoy marginado e ignorado hasta hoy por la ortodoxia de la escuela y sus seguidores más fanáticos que no ve o no quiere ver estos problemas.

      Con respecto al platonismo de Bueno creo que tiene que ver con otros aspectos de su filosofía como la symploké o la defensa de una filosofía académica y sistemática. Pero Bueno personalmente lo comparan más con un Sócrates por su gancho mediático de llamar la atención en la plazuela pública, etc. Como sabemos, muchas cosas de Platón también fueron asumidas por Aristóteles. Ahora yo no veo a Bueno como un aristoi en el sentido de defender la aristocracia de los mejores, como Platón. Mas bien lo veo más semejante a defender un despotismo ilustrado en la línea no de un aristócrata, sino de un Monarca absoluto. En su Escuela siempre a tenido problemas con sus discípulos mejores y por eso a preferido a los más obedientes y palmeros. Creo que esto ha sido malo para la filosofía, pero en fin, hay que aceptar que las personas son como son y no como nos gustaría que fuesen.

      Un saludo

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  2. Hola de nuevo Manuel.

    Estoy totalmente de acuerdo contigo. A día de hoy la teoría cognitiva de Piaget no ha sido superada. Y, efectivamente, el raciovitalismo orteguiano es el camino a seguir, al menos para quienes somos conscientes de que es necesario "armonizar" razón y vida, sin que los excesos de una puedan mermar la relevancia de la otra.

    Yo he leído mucho a Unamuno, Ortega y Zubiri, y además por este orden. Y por ello no entiendo el "marxismo" de Bueno, pues su filosofía materialista (operativa al cabo) tiene más en común con Ortega que con Marx.

    No me extraña que tu propuesta filosófica esté marginada, pues pocos pensadores han sido tan estigmatizados en España como Ortega.
    Y volviendo a Bueno,también me parece desproporcionada la inquina de Bueno hacia pensadores como Aranguren, pero sobre todo hacia mi admirado Zubiri. Es cierto que la crítica de Bueno a "Sobre la esencia" de Zubiri fue demoledora, o "trituradora" como a Bueno le gustaba decir, pero al menos Zubiri intentó dar respuesta a las preguntas más cruciales. Reducirlo todo a pura materia sigue sin convencerme...
    Zubiri, siguiendo la tesis orteguiana de la posibilidad y la potencia del ser de Heidegger, llegó a una interesante y, en mi opinión, acertada conclusión: el ser es actualidad y manifestación de lo real, y no tiene por qué existir necesariamente, sino tan solo ser experienciado y/o vivenciado por el individuo absoluto relativo en su conciencia. Descubrió la certeza de lo que hoy llamamos "realidad virtual".

    Sobre el platonismo, el elitismo y el talante aristocrático de Bueno he reflexionado bastante por tal de intentar superar sus incoherencias y contradicciones respecto al marxismo:

    Yo parto del hecho comprobado de que Gustavo Bueno fue un "aristoi", en la acepción más orteguiana del término; Bueno fue un creador. Nadie puede negarlo.
    El mismo Bueno clasificó a los filósofos en tres grupos (ahora no recuerdo exactamente cómo los denominó), pero unos serían intérpretes de otros filósofos, otros estudiosos e investigadores, y los menos, pero los más importantes en su parecer serían los CREADORES (enfatizo en mayúsculas).

    Bueno creó un sistema filosófico original, ergo fue un filósofo creador y, por tanto, un aristoi.
    Ahora bien, no puede haber aristocracia (entendida como grupo de los mejores y más selectos) en ningún sistema marxista uniformador, igualitario y aristófobo.
    ¿Cómo salvó Bueno está incoherencia?
    Efectivamente, Manuel, como bien señalas, Bueno se erigió en "ilustrado", pero también despóticamente. ¿Por qué?

    Sigo...

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  3. El elitismo de Bueno, que yo denomino elitismo cerrado, es el propio de sistemas en exceso rígidos y poco democráticos; sistemas análogos a la República platónica pero también, por qué no decirlo, a sistemas en exceso estatistas (como los comunistas).

    Yo tampoco soy "demócrata". No creo en la falacia del igualitarismo uniformador. Pero defiendo un elitismo abierto, liberal y progresista.
    Yo creo que solo un sistema liberal puede ser progresista; y que solo un sistema liberal puede garantizar la libre competencia y promocionar el mérito y la excelencia entre sus ciudadanos. Esto es para mí un "elitismo abierto"; abierto a quienes más valen, sin importar clases sociales, ni credos religiosos o ideológicos.
    El verdadero elitismo que no cree en izquierdas ni en derechas por fuer ha de ser "abierto"; ha de garantizar la igualdad de oportunidades, pero también favorecer la crítica y la dialéctica disidente. Gustavo Bueno, en este sentido, era bastante intolerante y dogmático.

    Todo creador, que pretenda ser original, primero debe disentir y discrepar del logos heredado, pero no para triturarlo sin piedad como hizo el marxismo y, tal parece, pretendía bueno, sino para SUPERARLO (vuelvo a enfatizar en mayúsculas). Si Bueno "trituró" (superó) parte importante del dogma marxista, también debió saber "encajar" críticas disidentes que pretendieran superar su materialismo filosófico.

    Por último, resulta curioso que, personalmente, coincida con casi el 100% de las argumentaciones y opiniones de Bueno; sobre la democracia, el papel del Estado, la pena de muerte, el Islam, los nacionalismos periféricos, la religión e incluso la génesis materialista de la moral y la ética.
    Una de dos: o yo soy marxista, sin ser consciente de ello, o Gustavo Bueno era raciovitalista y nunca lo supo.

    Un saludo.

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    1. Platón en la República propone el gobierno de los mejores y no el gobierno de uno solo de los mejores. Bueno era, como filosofo, un aristoi, ciertamente. Pero en el gobierno de su Escuela no era platónico, pues tendió a excluir a los mejores discípulos (Vidal Peña, Julián Velarde, Pilar Palop,Tomás Fernández, etc.) rodeandose de una guardia pretoriana de aduladores y seguidores poco críticos y hasta fanáticos del culto a la personalidad de un jefe. Esto no es Platón ni su República. Es un defecto que tuvo que ensombrece sus grandes virtudes intelectuales. Por otra parte el Materialismo de Bueno pretende diferenciarse del materialismo marxista pero entonces tiene que utilizar la palabra "materia" en un uso muy diferente del habitual de una forma tan amplia que puede ser sustituida por "la realidad". Por eso yo creo que hay algo oscuro aquí que debe ser aclarado o fundamentado de otra forma. Tienes que elegir, como decía Fichte de Kant: si partes de la Cosa en sí, Kant es un dogmático más, pero si partes del Ego Trascendental, Kant es un Idealista. En Bueno si partes de la Materia, Bueno es un materialista más, pero si partes del Sujeto Corpóreo Operatorio, de un sujeto vivo dado en un medio, no de una "mente", entonces Bueno es Raciovitalista. Esa es mi visión. Hay necesariamente que elegir para depurar su obra de la ganga que le sobra y quedar con la mena esencial, como quien es capaz de recoger las pepitas de oro que arroja el volcánico Bueno sin quemarse con la lava menos valiosa que las rodea.

      De nuevo, un cordial saludo.

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  4. Gracias Manuel. Bien visto, lo has explicado y aclarado perfectamente:

    "En Bueno si partes de la Materia, Bueno es un materialista más, pero si partes del Sujeto Corpóreo Operatorio, de un sujeto vivo dado en un medio, no de una "mente", entonces Bueno es Raciovitalista. Esa es mi visión".

    Saludos cordiales.

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