El año pasado se conmemoraba el décimo aniversario de la muerte de Pierre
Bourdieu, considerado el último gran sociólogo francés, digno continuador,
crítico y heterodoxo, de una tradición que se remonta al propio Augusto Comte,
fundador de la Sociología como ciencia, y aun más, continuador de insignes
representantes como Durkheim o Marcel Mauss, pasando por el propio Marx o Max
Weber, entre otros. Mi encuentro personal con la figura de Pierre Bourdieu fue
decepcionante al principio, cuando leí, de forma apresurada y por encima, su
libro La ontología política de Heidegger (1988).
No fue hasta más tarde cuando se despertó profundamente mi interés por su obra
sociológica. Ello tuvo lugar, sin embargo, de forma indirecta, cuando llevado
por mis investigaciones filosóficas sobre el curso que seguía la filosofía
contemporánea desde los tiempos de Kant, pasando de la Idea del Yo de la
filosofía moderna hasta la Idea más postmoderna del Cuerpo (Vease mi libro Del Yo al Cuerpo), me topé con que en
USA las discusiones filosóficas abiertas en el campo de la denominada Philosophy of Mind, se estaba abriendo
camino con fuerza la denominada tendencia del Embodied Mind, en la que figuras como Lakoff & Johnson, E. Thompson,
Gallagher, Zahavi, etc, volvían a la obra del fenomenólogo y existencialista
Maurice Merleau-Ponty para encontrar una filosofía que analizase la relación
mente-cuerpo con mayor profundidad que lo hacía la corriente neopositivista,
hasta entonces dominante en la filosofía de los Russell, Wittgenstein, Quine, Searle,
etc. Leyendo la Fenomenología de la
percepción del filósofo francés me tope con su utilización de las habilidades
corporales (Habitude) para
fundamentar fenomenológicamente nuestra relación con el mundo (Ver, en este
mismo Blog, “Mano y habilidad (Habitude)
en Merleau-Ponty” 4-2-2013).
Una búsqueda rápida en Internet de la palabra “Habitude” me condujo al
concepto de Habitus de Pierre Bourdieu.
El sociólogo francés, influido en su juventud por la lectura de la obra de
Merleau-Ponty, había visto en el proyecto filosófico de este, que trataba de
abrir el camino a una posición filosófica nueva que fuese capaz de superar el
dualismo sartreano del “en si” y del “para sí”, entonces dominante en la
filosofía francesa, una ayuda decisiva para superar el dualismo sociológico que
contraponía también al materialismo reduccionista marxiano y al reduccionismo
individualista de la sociología positivista norteamericana del denominado rational agent. Pierre Bourdieu hablaba
de dirigir la mirada sociológica, e incluso etnológica, hacia las habilidades (Habitus) corporales como hilo conductor
que nos permitirían descubrir la clave inconsciente de muchas conductas
humanas. Reivindicando una concepción del sujeto humano como un sujeto corpóreo
operatorio que, aunque solo tiene sentido entendido en el marco de unas
estructuras o leyes dadas por encima de su voluntad, como las estructuras
económicas de Marx o las estructuras culturales del parentesco de un
Levi-Strauss, no se reduce a ellas en el sentido de que no solo las padece sino
que es el mismo el que las genera, no ya de una forma puramente mental o
consciente como el sujeto racional de la sociología norteamericana, sino de una
forma no menos racional pero inconsciente. Este carácter generativo-estructural
del sujeto social dotado de unos “esquemas corporales de acción” que actuaban
como unas disposiciones o capacidades (habitus)
que permiten reconstruir a partir de ellas las estructuras sociales más básicas
que explican la conducta racional de los individuos, me llevó inmediatamente, por mi familiaridad
con ella, a relacionarlo con Epistemología Genética de Piaget.
Mi sorpresa no cesó de aumentar cuando,
continuando mis indagaciones sobre el concepto de Habitus en Bourdieu, fui a dar con algunos intérpretes que
reivindican como esencial para comprender este aspecto tan esencial de la obra
del sociólogo francés la influencia de Piaget. Es el caso del sociólogo
norteamericano Omar Lizardo quien, en su artículo “The cognitive origins ofBourdieu’s Habitus” (2009), pone de relieve
como tal concepto tiene que ver con la versión genético-cognitiva piagetiana
del Estructuralismo francés. Especialmente con los esquemas de acción y las
operaciones corpóreas que Piaget utiliza para explicar el conocimiento en el
niño. Y esto no de un modo lateral, como si fuese una influencia más en
Bourdieu, similar a las habitualmente citadas, en relación con este aspecto, de
Durkheim, Husserl, Merleau-Ponty (Véase una buena exposición de ello en español
en Francisco Vázquez García, Pierre
Bourdieu: la sociología como crítica de la razón, 2002, p. cap. II) sino
como una influencia básica, como una especie de primitivos ladrillos fundacionales
en la construcción de los Habitus.
Omar Lizardo remite al artículo “Pierre Bourdieu-Jean Piaget. Habitus, Schemes
Et Construction Du Psychologique." (1999) de J.P.Bronckart y Marie-Noëlle
Schurmans (Traducido al español en B. Lahire, El trabajo sociológico de Pierre Bourdieu, Siglo XXI, 2005) quienes
originalmente plantearon esta conexión entre el Habitus de Bourdieu y las habilidades cognoscitivas operacionales
de Piaget.
En tal sentido, me parece que la obra del psicólogo
suizo debe ser considerada, por su trascendencia para la denominada ahora Sociología
Cognitiva, que continúa la denominada anteriormente Sociología del Conocimiento
o Sociología de la Cultura, una obra epistemológicamente fundacional en tanto
que sus procedimientos metodológicos y de enfoque investigador afectan a nuevos
campos científicos como el abierto por Pierre Bourdieu en su influyentes y
novedosos análisis de campos sociológicos como el de la Educación (Homo Academicus) o el del Arte (La distinción, Las reglas del arte). Pues, tanto Piaget como Bourdieu representan,
desde este punto de vista, un ejercicio positivo y brillante de lo que venimos
denominando una forma hábil de pensar, un paso decisivo en el avance contemporáneo
de la tarea de superar el idealismo de la modernidad sin tener que recaer en
una nueva versión del realismo materialista, como le sucedió al denominado
marxismo clásico. No en vano Bourdieu se propuso superar la sociología
economicista del marxismo sin tener que pagar por ello el alto precio del mentalismo
e idealismo del sujeto entendido como individual rational agent y utilizado, como alternativa al marxismo, en el
positivismo sociológico americano basado en la inteligencia artificial y las
teorías de juegos. Para tal superación no se podía recurrir a ningún mecanismo
de inversión, como hizo Marx con Hegel, transformando su filosofía idealista en
una filosofía materialista, sino procediendo por un camino intermedio, tratando
de evitar hábilmente ambos extremos, buscando un nuevo principio que estuviese in medias res, como son los Habitus o habilidades corporales, en
tanto que son un “entre dos” como diría Merleau-Ponty, al situarse en un
posición irreductible tanto las explicaciones fisiológico-mecanicistas como a
cualquier reduccionismo lógico formalista.
Hola Manuel: muy buen post, muy claro sobre todo. Sólo desearía hacerte un comentario: "habitude", en francés, no puede ser traducido nunca como "habilidad" -y por tanto, tampoco como "habilidad corporal"- sino como hábito o costumbre. Habilidad, en francés, es "habileté", que poco tiene que ver con costumbre. Hago este comentario porque creo que esta traducción de "habitude" termina deformando el concepto. ¡Gracias por tu atención!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Pero he traducido "habitude" por habilidad siguiendo la recomendación de la traducción al inglés por "ability" que propone Hubert Dreyfus. Me remito a lo que escribí en otro post : "Pues la actividad perceptiva es para Merleau-Ponty una verdadera experiencia originaria, la cual trata de describir con la ayuda del método fenomenológico en su obra más importante, la Fenomenología de la percepción (1945).
ResponderEliminarEs en esta obra donde encontramos la noción clave de habitude (que debería traducirse por habilidad, y no por hábito, siguiendo la traducción al inglés del término, no por habit, sino por skill o ability, que propone Hubert L. Dreyfus en “Merleau-Ponty and Recent Cognitive Science”, en The Cambridge Companion to Merleau-Ponty, T. Carman, Mark B.N. Hansen edit., Cmbridge University Press 2005, p. 145, n. 3), noción utilizada por Merleau-Ponty como el “entre dos” que permite superar el tradicional dualismo. En ella encuentra la categoría clave para hablar del cuerpo no como un mero mecanismo físico, un mero objeto entre objetos, sino como un ser motriz, como el 'vehículo del ser-del mundo' ". Ver en este mismo Blog mi post :"Mano y habilidad (Habitude)en Merleau-Ponty", 4-2-2013.
Saludos